Solía vagar por la vida, sin un propósito. La rutina era perfecta.
Años pasaban y no había propósito. La rutina era perfecta.
Te conocí sin querer conocerte. Mi rutina era perfecta.
Un día contigo se sentía como toda una vida. Mi rutina era perfecta.
La vida tomó un propósito y la rutina ya no era perfecta.
¿Y si te pierdo y no puedo averiguar como volver a morirme?
Ahora sé la respuesta. La rutina volvió a ser perfecta.
Me enseñaste el camino que debo seguir, un camino que quería que fuera contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario